La Biblia. La palabra de Dios revelada a los hombres.

I. En Génesis la palabra de Dios nos dice que Dios creó al mundo y a todo lo que él contiene; entendiéndose como mundo no sólo la tierra, sino el universo completo. También nos dice que Dios creó al hombre para compartir con él y lo hizo a su imagen y semejanza y les dio unas sencillas reglas para vivir su vida.

Así de sencillo hizo Dios las cosas, pero el hombre recién creado, se complicó la vida al no obedecer estas sencillas reglas para vivir en armonía con su creador. Cuando el hombre no cumplió estas reglas, la consecuencia directa fue un castigo, consistente en que esa armonía que tenía con su creador fue interrumpida y a partir de ése momento comenzó ese camino tortuoso del hombre hasta nuestros días.

 Sin embargo, como Dios es amor, desde el mismo momento de la caída del hombre al no cumplir sus reglas, nos hizo la promesa de que en el futuro, el volvería a darle al hombre la posibilidad de recuperar la armonía con él. El hombre al no tener reglas para dirigir su vida, entró en una espiral de degradación de tal magnitud que Dios tuvo que destruir a toda criatura viviente mediante el diluvio universal, excepto a los que él mandó a apartar para comenzar de nuevo el camino hacia la reconciliación con su creador. Luego escogió a un hombre para darle unas reglas de vida y que se las trasmitiera a la humanidad, este fue su segundo intento de reconciliación con el hombre, pero se convirtió en una tarea muy difícil para el hombre que había creado; este segundo intento duró aproximadamente 1.500 años.

 Finalmente, decidió cumplir la promesa hecha, al hombre recién creado y lo hizo enviando a su hijo a la tierra, para que cumpliera la tarea que el hombre no había podido cumplir. Su hijo vino a la tierra y vivió aproximadamente 33 años, de los cuales los últimos tres fueron decisivos para cumplir el objetivo por el cual fue enviado, y lo hizo de una manera exitosa, aunque al final tuvo que pagar con su vida para lograrlo. Esto ocurrió hace aproximadamente 2.000 años y es mediante este sacrificio de su hijo, que cumplió la promesa hecha.

 Muchas veces me pregunto, porque si el hombre puede volver a tener armonía con su creador, no lo hace. Es una pregunta cuya respuesta no es sencilla para el hombre, porque nosotros todo lo complicamos y mientras más avanza el conocimiento en la humanidad, más difícil se hace el volver a lo sencillo. Nos cuesta creer que el poder volver a tener armonía con Dios, puede ser tan fácil, como aceptar que su hijo pago el precio, que teníamos que pagar cada uno de nosotros y lamentablemente para la humanidad, el no entender esta oferta tan sencilla, hace que vivamos en mundo lleno de conflictos, codicia, envidia, rencor, odio, maldad, guerras y vicisitudes, cada día.

 Simplemente basta con hojear los periódicos o ver los noticieros en televisión, para darnos cuenta que algo no funciona en el ser humano, porque a pesar de los avances científicos y el alto grado de desarrollo que ha alcanzado la humanidad, desde el punto de vista de la naturaleza humana, seguimos igual o peor que hace más de 3.500 años aproximadamente.

 Nos quejamos constantemente que el mundo no es justo y es verdad, pero ya Dios lo dijo en su palabra que nos dejo escrita, cuando a través de uno de sus apóstoles lo dijo en Romanos 3:10-18*: 10 Como dicen las Escrituras: «No hay ni un solo justo, ni siquiera uno. 11 Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios. 12 Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo»[d]. 13 «Lo que hablan es repugnante como el olor que sale de una tumba abierta. Su lengua está llena de mentiras». «Veneno de serpientes gotea de sus labios»[e]. 14 «Su boca está llena de maldición y amargura»[f]. 15 «Se apresuran a matar. 16 Siempre hay sufrimiento y destrucción en sus caminos. 17 No saben dónde encontrar paz»[g]. 18 «No tienen temor de Dios en absoluto»[h]. *Biblia Nueva Traducción Viviente.

 El hombre es imperfecto, aun cuando muchos piensen lo contrario, y en su sola naturaleza no puede volver a encontrar la armonía con Dios, su creador, no hay manera de hacerlo por si mismo, sólo a través de reconocer que somos insignificantes con respecto a su grandeza y aceptemos el sacrificio que hizo su hijo por nosotros, no podremos volver a tener armonía con el creador. Pero eso es difícil, porque en nuestra naturaleza pecaminosa, creemos que somos lo máximo del universo y que eso se demuestra a través del avance del conocimiento científico en la humanidad y además que en estas últimas décadas el desarrollo tecnológico ha sido impresionante. Sin embargo, ese gran avance en el mundo, no se ha traducido en un hombre más justo, misericordioso, gozoso, bondadoso, amoroso, que tenga paz en su mente y en su corazón, porque todas estas cosas sólo se podrán alcanzar cuando restauremos nuestra armonía con Dios. Y esta restauración de nuestra armonía con Dios, sólo se logrará cuando aceptemos el sacrificio que hizo su hijo “Jesucristo” por nosotros.

 Tan fácil, pero a la vez tan difícil de creer. Muchas veces me he preguntado, por qué si ya en la antigua Grecia, alrededor del 480 A.C. en adelante hubo un desarrollo el conocimiento científico y filosófico sobre el que descansa la ciencia moderna y la filosofía, este progreso se detuvo hasta aproximadamente el siglo XV con la llegada del renacimiento en las artes, la ciencia y en las ciencias humanas, para luego comenzar un nuevo proceso de crecimiento de las mismas hasta la actualidad en el siglo XXI. Sin embargo el avance que ha habido desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy ha sido extraordinario. Entonces si en un período de seis siglos, desde el renacimiento en el siglo XV hasta hoy, ha habido ese desarrollo extraordinario, porque entonces ese desarrollo no continúo desde los 480 A.C donde comenzó el florecimiento en la ciencia y la filosofía, y se detuvo por espacio de 18 siglos aproximadamente. La respuesta a esta pregunta la encontré en las Sagradas Escrituras, dejadas por Dios para nosotros. Dios tiene un plan y lo esta ejecutando a la perfección y si quieres saber cual es ese plan, te invito a que escudriñes La Biblia que es la palabra de Dios para nosotros.

 Que Dios los bendiga abundantemente.

 Rodolfo Grössl Díaz.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La mujer adúltera

Los temores en la vida