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Mostrando entradas de mayo 26, 2013

La preciosa esperanza

Juan 14: 2-7 “2 En la casa de mi Padre hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para ustedes. 3 Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén. 4 Y ustedes saben a dónde voy, y saben el camino.» 5 Tomás le dijo: «Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo podemos saber el camino?» 6 Jesús le dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me conocieran, también conocerían a mi Padre; y desde ahora lo conocen, y lo han visto.»  Que pasaje más hermoso, que nos da una esperanza maravillosa para todos los hijos de Dios (Juan 1:12). Tener la certeza que el mismo Jesús, que fue Dios encarnado, nos lo promete a todos sus hijos, tal como también lo fueron sus discípulos. Jesús les prometió que si se iba, les prepararía lugar a ellos y luego regresaría a buscarlos. Tengamos presente que cuando él les hace esta promesa estaba con ellos,

La incredulidad

Juan 14:1 «No se turbe su corazón. Ustedes creen en Dios; crean también en mí.” (RVC).  Lo primero que me llama la atención con respecto a este versículo, es que estas palabras se las está dirigiendo Jesús a sus discípulos, muchos de los cuales estuvieron los tres años de vida pública con él. Que compartieron y vieron todos los milagros que realizó; le devolvió la vista a ciegos, sano a paralíticos, resucitó muertos, caminó sobre el agua, el viento y las tempestades obedecieron sus órdenes, etc. Y Jesús, siendo Dios encarnado, que conocía los corazones de ellos, les dice que no se turben sus corazones y que si creen en Dios, crean en él.  A mi entender, este versículo refleja la naturaleza incrédula del ser humano y pienso que sólo puedes creer cuando recibes el Espíritu Santo de Dios, como dice su palabra, cuando aceptamos por fe, a nuestro Señor Jesucristo. Como quedó demostrado en la vida de los apóstoles, que antes de recibir al Espíritu Santo de Dios, una vez apresado Jesús,