Una promesa maravillosa

Juan 14:12-14 “12 »De cierto, de cierto les digo: El que cree en mí, hará también las obras que yo hago; y aún mayores obras hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo piden en mi nombre, yo lo haré.” Cuando uno lee este pasaje, le puede venir a la mente, si todo es tan fácil, como lo dice este pasaje. El que está hablando en este pasaje es Jesús, Dios encarnado hombre, que llevó una vida sin pecado mientras estuvo en la tierra. Él nunca les mintió a sus discípulos; nunca les dijo que su vida como discípulos de él, sería fácil, pero les aseguró que siempre estaría con ellos y no los dejaría solos; tampoco les mintió cuando les dijo que tenía que morir, pero que resucitaría y lo cumplió.

Entonces uno puede preguntarse, si Jesús les podría haber mentido con respecto a lo que dice en este pasaje, que las obras que él hacia ellos también las podrían hacer y aún mayores; pero cuando leemos el libro de Hechos, conseguimos pasajes donde vemos que esto se cumplió a cabalidad (Hechos 5:14-16; Hechos 3:1-10, etc.). Como la palabra de Dios es para todos sus hijos, está promesa también es para nosotros y me pregunto, porque no nos apropiamos de ella y pienso en el pasaje que está en el libro de Santiago 1:6-8 “6 Pero tiene que pedir con fe y sin dudar nada, porque el que duda es como las olas del mar, que el viento agita y lleva de un lado a otro. 7 Quien sea así, no piense que recibirá del Señor cosa alguna, 8 pues quienes titubean son inconstantes en todo lo que hacen.”

Los seres humanos, tendemos a ser muy racionales con respecto a todo lo relativo a Dios, y siempre tratamos de comprenderlo a través de la razón, pero a Dios no se le puede comprender por medio del intelecto, se acepta por medio de la fe y esto para muchas personas es inaceptable. Desde el principio de la humanidad, no se sabe cómo funciona el proceso de generar pensamientos, sin embargo, estamos pensando constantemente, y esto lo aceptamos como algo natural, aun cuando no lo comprendemos.

 Cuando me preguntan porque creo en Dios, contesto porque se molestó en dejarnos su palabra por escrito, que es La Biblia Y cuando preguntan, porque La Biblia es la palabra de Dios, los remito a la segunda carta a Timoteo escrita por el apóstol Pablo, 2 Timoteo 3:16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” Y si esto no les basta, le menciono, que Las Sagradas Escrituras, están compuesta por 66 libros; 39 libros que componen el Antiguo Testamento y 27 libros que componen el Nuevo Testamento, que fueron escritos por más de 40 hombres, en un período de aproximadamente 1.500 años, en tres continentes y existe una armonía perfecta desde el Génesis hasta el Apocalipsis (y no existía Internet en esa época) y la única explicación racional, es que el autor de los libros fue Dios inspirando a los hombres escogidos por él, tal como lo dice el pasaje en 2 Timoteo 3:16, anteriormente mencionado. Además, todas las profecías escritas en La Biblia, se han cumplido hasta ahora, con una exactitud matemática. Y creo honestamente que esas son razones suficientes para creer que La Biblia es la palabra de Dios.

Por lo tanto, cuando volvemos al pasaje con que inicié éste artículo, no me queda más, que quedar maravillado, ante el poder de Dios. Así, que los invito a leer La Biblia, que es la palabra de Dios, y escudriñar en ellas todas la enseñanzas, promesas y bendiciones, que Dios tiene para la humanidad. Que Dios los bendiga abundantemente. Rodolfo Grössl Díaz.

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